A los animales les planificamos
la vida, fijaos sino en las gallinas, por ejemplo. Rompen el cascarón y se
encuentran sobre sus cabecitas un foco de luz cegador, casi inquisitivo, que ilumina
el espacio concebido entre las cuatro paredes de plástico que forman esa
especie de incubadora, dotándola, sin duda, de un calor agradable pero, al fin
y al cabo, artificial.
Cuando por fin consiguen adaptar
sus ojos a tan incómodo ambiente, casi no les da tiempo a pestañear dos veces,
cuando ya han sido fecundadas por algún gallo y están esperando a poner un
huevo colocadas entre paja y barracones de madera.
Si lo pensamos bien, da un poco
de pena ¿no? Pues imaginad que en vez de gallinas fuesen personas,
concretamente mujeres. No podemos dejar que nos traten como animales, somos
mujeres y somos libres: tenemos capacidad y responsabilidad para actuar y
decidir en todos los ámbitos de nuestra vida. Solo nosotras somos dueñas de
nuestro cuerpo.
No os dejéis convencer por los de
los rosarios, los de las gaviotas y demás parafernalias; solo tienen miedo y,
también, muchos aires de grandeza. Si nos quieren calladas y sumisas,
respóndeles rebelándote.
#28-S
#NOSOTRAS DECIDIMOS
#ABORTO LIBRE
Alba Expósito